La
convertibilidad fue una medida económica adoptada en la
Argentina en
1991 por el entonces presidente
Carlos Saúl Menem, con
Domingo Cavallo como su ministro de economía; dicha medida consistió en el mantenimiento del tipo de cambio entre el
peso argentino y el
dólar estadounidense, con la condición de que el nivel de las reservas del Banco Central, valuadas a ese tipo de cambio, superaran la base monetaria. Tenía como objetivo principal el control de la
hiperinflación que afectaba la economía en aquel entonces. Este objetivo fue alcanzado con éxito; sin embargo es generalmente aceptado que la convertibilidad fue una de las causas principales de la recesión argentina que dio inicio en 1999 y desembocó en una crisis social, económica e institucional en 2001.